miércoles, 7 de noviembre de 2012

Nueva librería La Central Callao, detalles



La restauración enfatiza el espacio singular de un edificio de este tipo, fragmentado para usos residenciales en distintas plantas, definiéndolo a partir de la luz, con los grandes ventanales de contraventanas a la calle,  la luz cenital en el atrio y las cristaleras con vistas al cimborrio de la cúpula de la capilla en la planta alta.
Se juega con la integración de las estancias en el atrio que hace de distribuidor, café y foco de luz, visible desde todos los pisos y con la secuenciación, rompiendo la visita integral del edificio en una sucesión de visiones, e introduciendo el factor tiempo a partir del recorrido, invitando a perderse entre libros. Esta fragmentación, en los sectores sin aberturas al atrio, da una sensación de ir encontrando habitaciones inesperadas, aportando un aire de laberinto.

Planta 0, a pie de calle. Entramos al atrio del ciprés y atisbamos la barra al fondo y el comedor del Bistró a la derecha. Al pie de la escalera unos expositores nos introducen en las recomendaciones peculiares del equipo de libreros y el tablón “los lectores recomiendan” permite pinchar notas con los libros que nos han gustado, a modo de red social analógica. 











Desde la tienda, situada a la izquierda de la entrada, de recuerdos de Madrid y ya con algunos caprichos, en un juego de alturas se atisba una entreplanta con un futbolín que han montado  Negocios Raros y Alegría Industries. También en un rincón a la izquierda desde el atrio aparecen estantes con regalos, dulces o kits de mini-jardinería.

El Bistró, dirigido por Marc y Miguel Escursell, los fundadores de Xocoa y Demasié, ofrece meriendas (repostería y cafés) y también se puede almorzar, con quiches, hamburguesas y ensaladas de calidad.

En el bistró observamos las antiguas puertas como decoración

































Planta -1,  el Garito que podrá abrir hasta la madrugada aún cuando la librería cierre, donde se celebrarán presentaciones de libros y conciertos, es la antigua cripta de ladrillo, cueva que sirvió como almacén de tabaco, en los tiempos cubanos del edificio.















 
Planta 1, narrativa e infantil y otra sección de regalos: caprichos, objetos de diseño singular. Parte de la sección infantil se sitúa en la antigua capilla privada: con cúpula y techos decorados con pinturas murales, de temas campestres y dos silloncitos rojos. 




 



integración del salón principal panelado en la tienda

altar de la capilla, ahora zona infantil






 
la capilla existente antes de la reforma

























Planta 2 los lectores tienen una zona para sentarse a leer, una habitación aislada con muebles rústicos, sobre la cual se deja vista la estructura del tejado de madera del edificio, y una cristalera ofrece vistas al cimborrio de la cúpula de la capilla. Está reservada para talleres de escritura creativa, de lectura de poesía inglesa y clubs de novela francesa. A la vuelta, con otra perspectiva, desde la sección de arte y arquitectura (que no está mal, sobre todo por los libros de importación), se nos muestra de nuevo por otra gran cristalera la azotea con grava por la que sobresale el cimborrio.
 


































La restauración incluye hasta el diseño de expositores.














 

Y hacer una mención al esfuerzo que se debe realizar en este tipo de edificios para asegurar la accesibilidad, que aquí se marca en la instalación de un ascensor y de una silla elevadora y la anulación de peldaños con pequeñas rampas, aunque criticaría el hecho de que el acceso a los aseos no está resuelto para sillas de ruedas.






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